En repetidas oportunidades he comprobado una triste realidad: algunos estudiantes no suelen valorar los recursos que sus docentes les entregan en forma gratuita.
A lo largo de los años me he esmerado en preparar recursos de calidad para los chicos, porque considero que merecen lo mejor. Por ejemplo, muchas veces imprimo las actividades a color y lo hago en mi casa y con mis propios recursos; o diseño juegos para enseñar distintos contenidos y para ello uso materiales que compro (también de mi bolsillo).
Es más, cada actividad que entrego lleva el nombre del estudiante para que, si alguno falta, yo sepa inmediatamente a quién debo guardarle la copia (o si la fotocopia está en el piso, saber a quién pertenece).
Uno en general esperaría que esta atención y estos detalles hacia los estudiantes, son correspondidos por parte de ellos, cuidando y valorando los recursos.
Sin embargo, esto no suele suceder. No sólo no agradecen (o al menos no lo manifiestan abiertamente) el hecho de que se les entregan en forma gratuita, recursos y propuestas de calidad, sino que tampoco cuidan el material.
Más de una vez me he encontrado que me devuelven escrito o roto el material utilizado para un juego; o encuentro que las fotocopias que les entregué están en el piso o “hechas un bollo” en la mochila.
Si bien he intentado llevar a los estudiantes a la reflexión, me doy cuenta que no sirve, que no los moviliza. Luego de un minuto de escucharme, automáticamente desconectan y sólo levantan la mano para preguntar cuánto falta para el recreo o si pueden ir al baño.
La verdad que es frustrante; si bien no son todos y no se da siempre, se da con mucha más frecuencia de la que uno quisiera y lleva a pensar el porqué sucede.
¿Por qué un estudiante no valora más la dedicación de su docente, no digo agradeciendo (son chicos, tampoco exageremos), pero al menos cuidando el material, a fin de corresponder el esfuerzo y el tiempo que el docente dedicó a su realización?
Éste es un hecho que siempre me deja pensando. ¿Vivimos en una sociedad de poca valoración de las cosas en general? ¿Hay tanta abundancia de recursos, que no se valora lo que se tiene? ¿O hay una idea instalada de que todo lo gratuito (para quien lo recibe) tiene poco valor?
Y vos, ¿querido lector? ¿Qué opinás? ¿Te ha pasado o te pasa alguna de las situaciones enunciadas?
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