Sobre mí

Mi nombre es Horacio Luciano Smidt y soy docente de Nivel Primario y Secundario.

Nací y crecí en la ciudad de San Carlos de Bariloche (República Argentina). Me recibí como docente en dicha ciudad y luego migré a Buenos Aires, a fin de ampliar mis estudios. Aprobé un postítulo de especialización en Enseñanza de la Astronomía (I.E.S. Nº 1) y en el mes de diciembre de 2016, aprobé la especialización titulada «El juego en contextos educativos» (I.E.S. Nº4).

En cuanto a mis estudios terciarios, cursé varias materias de la Tecnicatura Superior en Tiempo Libre y Recreación (ISTLyR).

Finalmente, soy profesor de Lengua y Literatura, recibido en la Universidad Nacional de Río Negro.

Sin embargo, debo confesar que mi fuerte y mi mayor interés, es el área de Matemática 😂

Mi credo pedagógico…

Este tiempo de trabajo “en las aulas”, me permitió darme cuenta que la educación formal va por un camino y la “realidad” o si se quiere, “la vida” (entendida en sentido amplio), por otro completamente distinto. 

La escuela no está preparando a los niños para el futuro porque ni la misma sociedad sabe dónde quiere llegar. 

Son tiempos vertiginosos, que marean, confunden y hacen perder el eje a todo aquel que no se detiene a reflexionar y a encontrar el profundo significado de las cosas. 

Y entre estas cosas de las que se habla poco, hay una que me parece fundamental: en la escuela no se enseña a reir ni a pasarla bien. Pareciera que en los colegios se debe sufrir y aburrirse sistemáticamente (porque siempre fue así). Es como un trago amargo que pronto pasará. 

Y en este devenir de los tiempos atraviesan los niños su infancia y los jóvenes su adolescencia, considerando que el saber es algo que realmente no vale la pena…. 

Por eso este sitio web tiene como objetivo animar a chicos, padres y educadores a concebir una nueva escuela; una escuela basada en lo lúdico, en el juego, en la sana recreación, en donde el chico llegue ansioso cada jornada y se vaya siempre con una amplia sonrisa.

Así, entre todos, empezaremos a darle a la escuela un lugar más significativo, más amoroso, más humano…

 ¡Manos a la obra!

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