Las palabras alusivas

“En este 17 de agosto nos reunimos para recordar un nuevo aniversario del fallecimiento de nuestro gran prócer Don José de San Martín. San Martín fue un hombre que….”

Así podría comenzar la lectura de las clásicas “palabras alusivas”, que seguramente muchos de nosotros recordaremos al traer a nuestra memoria los actos escolares.

Como niño, me viene a la mente la imagen de una de mis maestras parada frente al gran público, con una hoja de papel en una mano y un micrófono en la otra, intentando transmitir con sus palabras un mensaje que hiciera pensar y que llevara a la reflexión.

Hoy, desde el lugar de docente y habiendo ya contemplado decenas de actos escolares, se me ocurre detenerme a pensar cuál es el sentido que tienen las “palabras alusivas” y a quiénes están dirigidas.

Si analizáramos todas y cada una de las palabras que componen el discurso, veríamos que el mismo está pensado claramente para un público adulto, no sólo por la utilización de palabras que no son de uso cotidiano, sino principalmente por la transmisión de un mensaje implícito (con un trasfondo político, social, cultural), que sólo un adulto, que tiene más conocimiento del mundo que un niño, es capaz de decodificar.

Por otra parte, cabe mencionar que muchos de los discursos que se leen en las escuelas, son copia fiel de otros leídos en otras instituciones con realidades y contextos diferentes. Esto permite suponer algunas cosas:

Que el maestro piense que las palabras alusivas son un mero formalismo y por tanto, no le resulte grave “tomar prestado” un discurso de otro lugar o usado anteriormente.

Que considere que los discursos son atemporales y que pueden ser descontextualizados sin problemas.

Que el docente, en la planificación del acto, le otorgue más importancia, tiempo y recursos al “numerito” (dramatización, muestra, etc) que a la preparación de las palabras conmemorativas.

Es así que inevitablemente surge la pregunta: ¿tiene sentido leer un texto que no será comprendido total o parcialmente por la mayoría de sus destinatarios, que son el público infantil?

Finalmente cabe mencionar otro factor que usualmente atraviesa la realidad educativa argentina. Ese factor tiene que ver con la tecnología y con la falta de equipamiento o rotura del mismo cuando llega la fecha de los actos escolares. Esto impacta negativamente en el tema que venimos analizando, ya que, por ejemplo, el hecho de no tener un micrófono para leer las palabras alusivas, hace que el mensaje no llegue adecuadamente a sus destinatarios.

Para cerrar esta reflexión: ¿por qué no pensamos en resignificar las palabras alusivas para que tengan una mayor significación para todos los integrantes de la comunidad educativa?

¿Por qué tiene que ser un texto leído? ¿Por qué no puede ser actuado? ¿Por qué no se pueden emplear otros recursos para transmitir el mensaje? (tecnológicos, plásticos, gráficos, lúdicos).

De esta manera nos estaríamos asegurando de incluir a los niños que son los principales destinatarios de todas y cada una de nuestras propuestas educativas.

0 0 votes
Article Rating
Subscribe
Notify of
guest
0 Comments
Oldest
Newest Most Voted
Inline Feedbacks
View all comments
0
Would love your thoughts, please comment.x
()
x
Scroll al inicio